Érase una vez un héroe que se llamaba Rodriguez, y se fue a una ciudad llamada Troxa. Luego de descansar decide ir a un bar, allí ve a un orco pegándole a un gnomo, trata de detener la batalla.
El intento no agresivo no funciona y le corta la cabeza. Desde ahi comienza su carrera de héroe.
El gnomo le advirtió que vendría alguien a la casa del héroe y le dijo que no debía aceptar su oferta. Él pensó que iba a ser bueno y su oferta también, pero al entrar a su casa sin sensación de peligro vió a un demonio. Éste le hizo la oferta que era que si se unía a las fuerzas negras (o sea las fuerzas malas) por diez mil monedas de oro. -Síi dijo el señor Rodriguez.
En el castillo malvado llamado Inferno se encontró con un diablo y se hizo su cómplice. El señor que lo llevó en la carreta fue informado de la situación y se convirtió en un héroe. Fue a Inferno y después de dos horas de batalla, victorioso, volvió al pueblo.
-Trabajo con las cartas de Propp-30 de abril de 2009
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1 comentario:
¡Muy bien, galenso! Tu cuento es una prueba más de lo difícil que se le hace a las personas con talento mantenerse alejadas del mal y la destrucción cuando se le ofrece un poco de poder o de dinero.
Me quedó una duda: ¿Cómo era físicamente Rodríguez? ¿O me lo puedo imaginar como yo quiera? Mmmmm... se me hace que es parecido a Alan Pauls (decile a tu mamá que te muestre una foto de ese señor, y cuando nos veamos, me decís si era así o no).
Mil millones de besos, rubio bello! Te quiero mucho mucho mucho
¡Y aguante la Academia!
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